Kirkintilloch ~ Blackford //

Me despierto por la noche pero me vuelvo a dormir. Me cuesta levantarme y viendo que el sol está ya alto me siento un poco mal porque me parece que es muy tarde, cuando en realidad no son ni las siete de la mañana. Como un poco de pan con aceite y a las 8:30 h ya estoy listo para salir, a falta de recoger las últimas cosas. Estoy sin agua y tengo hambre. Espero que al llegar a Stirling pueda sacar dinero… Bajo del cerro dejando atrás las ruinas de una muralla romana hasta que llego a un embarcadero en el río, donde un hombre me da agua. Sigo un camino junto al río hasta Kylsith y ahí, desde una urbanización, gracias a las indicaciones de unos hombres, tomo una carretera local que me lleva hasta Stirling, la Tak ma doon Road.
Tras doce duras millas, de subidas y bajadas entre los verdes prados llenos de vacas en donde se rodó Braveheart, llego a Stirling sobre las 12:30 h. En una calle comercial me pongo cómodo y descanso y me frustro al comprobar que no tengo dinero en el banco. Necesito comer dulce. Me tomo un chupetín de concentrado de piña que por suerte llevo aún encima. Empiezo a pensar en pedir dinero. Me olvido del tema y subo al castillo por una calle empinada y empedrada hasta que llego al cementerio. Me preparo un arroz que resulta ser un poco engrudo y descanso.
Salgo de Stirling hacia el norte. Consigo apañarme bastante bien sin mirar tanto el móvil, guiándome más por la intuición y la observación, aunque a veces me despisto y tengo que rectificar el recorrido. En Dunblane paso por una casa en donde una pareja que está en el jardín, me dicen algo que no entiendo. Paso de largo pero enseguida reculo para pedirles algo de fruta. La mujer me da un plátano y un trozo de bizcocho con pasas que ha hecho ella misma y que me sabrán a gloria. Siento que he roto una barrera. El hombre me pregunta datos de mi viaje que no recuerdo. Siento que le debo algo, que debo satisfacer su curiosidad. Desde ahora me propongo hacer el esfuerzo de prestar atención y memorizar los lugares por donde paso.

Continúo el camino hacia el Norte. Son más de las 20:00 h. Quiero bañarme. Quería llegar a Braco pero veo que me lo he pasado, así que decido continuar hacia el Este, hacia la siguiente población, Blackford. En un momento no puedo seguir el camino que llevaba porque me encuentro una autopista y una valla que me imposibilita cruzar sin desmontar el equipaje, que es lo último que me apetece. Mientras estoy pensando qué hacer, noto que me empieza a picar la pierna: ¡ortigas! Me pongo a recoger unas cuantas para cenar con unos guantes que me acabo de encontrar.
Al llegar al pueblo le pregunto a un tío dónde hay un río y resulta que ¡justo estoy en un puente sobre él! Me meto en un campo y acampo en un terreno entre dos ríos, frente a la vía del tren. Me doy un baño en el agua fresca, que me sienta de maravilla y ceno las ortigas con soja texturizada. Me acuesto a las 12:00 h, totalmente en punto.
