2015.08.19

Quintanar de Rioja ~ Belorado //

∞ Sueño ∞
Formo parte de la organización de un festival de circo de tres días de duración. El primer día el espectáculo va muy bien pero por la tarde comienzan a producirse cambios inesperados. Primero me encuentro la carpa cambiada de sitio, luego el técnico coloca las luces de una manera diferente a la habitual. Por si fuera poco sorprendo a uno de mis compañeros trasteando con mi ordenador, lo cual me crispa sobre manera. Sin embargo me enseña algo nuevo y fascinante: al tocar una tecla se muestra en la pantalla una imagen dentro de otra, dentro de otra, dentro de otra y así sucesivamente.

A la hora de cenar no nos ponemos de acuerdo con los compañeros. Las cosas no salen según mis previsiones y todo empieza a ir fatal. El espectáculo se interrumpe y no sé si podrá continuar. Estoy muy preocupado y comprendo que necesito a mis compañeros para que el evento pueda tenga lugar. Ellos no parecen preocupados, saben adaptarse a lo que para mí es un caos y para ellos solamente una nueva situación.

No encuentro mis apuntes con la programación del espectáculo por ningún lado. Me meto en un almacén que está muy desordenado y sucio con la idea de encontrarla. Es como un anfiteatro con varias plantas y sobre las gradas hay un montón de elementos dispersos. No hay manera de encontrar la programación y si no la encuentro no puede seguir el festival. Desde un escenario en donde el decorado es absolutamente blanco, me despido de los espectadores diciéndoles: “¡Mañana habrá más, será un gran día! ¡Habrá circo todo el día!” pero en realidad estoy consternado porque sé que no puedo ofrecer nada si no aparece la programación.

Anoche, dejo al lado de la tienda una bolsa con los restos de una lata de atún y me voy a dormir. En medio del sueño, me despierto al oír lo que parece ser un animal, un animal grande rondando la tienda. Miedo. Agarro el frontal y abro nervioso la tienda. Entonces me encuentro alumbrando a un zorro a unos dos metros de distancia frente a mí. Ya no tengo miedo sino fascinación. Estamos así, el zorro y yo mirándonos en absoluto silencio, sus ojos iluminados por la luz del frontal. Quiero hacerle una foto pero no quiero espantarle, así que me limito a observarle. Al final, después de un rato que sería como un minuto alucinante le digo: “vete zorro” y el zorro se va tranquilamente. Me vuelvo a dormir y sueño con todo tipo de animales que vienen a visitarme y con los que hay un flujo de energía inexplicable, puro amor.

Belorado, 22:45 h.

Salgo de Quintanar con la calma, dándome tiempo para que se seque el equipo después de la humedad de la noche. Dejándome llevar por un camino entre varios, llego a Viloria de Rioja. Celebro llegar tan fácilmente a mi primer destino de hoy. Aquí, donde resulta ser que nació Santo Domingo de la Calzada, retomo el camino de Santiago. Llego a Belorado hacia las 14:00 h y busco un albergue barato para poder pasar la tarde pasando a limpio las notas de mi diario. Estoy prácticamente solo en el albergue toda la tarde hasta que llega Jolene, una holandesa que está haciendo el camino en bici y que se llama así por la canción de Dolly Parton.

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