2020.03.19

La situación se sigue complicando. Los nervios aumentan, el virus mata cada vez a más gente, los sanitarios están colapsados y la población se debate entre la paciencia y la oportunidad que implica esta nueva situación por un lado y el miedo y al confusión por otro. Ni siquiera me siento bien cuando salgo a la calle porque no se contempla oficialmente la posibilidad de salir a la calle sin más, a correr o a hacer deporte, aunque sea en solitario. Esto es una locura. Ya no puedo estar aquí. Empiezo a cuestionar mi inmovilidad en todo este asunto de la epidemia. Quizá yo no tengo razón, quizás lo que yo pienso es una tontería, quizás los borregos unidos saben más que yo, al ser más o algo… La autocrítica martillea mi cabeza y entro en una verdadera crisis. Toni ve la necesidad de que salga de aquí mañana o el lunes máximo. Tiene miedo a que me encuentre controles, en realidad tiene miedo a que me paren y que pueda delatarle. Está viviendo su película. Fuera llueve.

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