2017.12.09

Me despierto a las 5:30 h con resaca de una cena de ayer con amigos. Quisiera dormir más pero no puedo. Tengo angustia. Me atormenta el pasado y no veo claro el futuro. Llevo varios días muy confundido. Me siento fuera de lugar, desarraigado y no sé cómo enfocar mi vida.

Vivo en casa de una amiga que ha ocupado la casa donde vive.

Lo bueno de haber madrugado tanto es que tengo todo el día para ir tranquilo. Termino de recoger las cosas y salgo para Barcelona.

El barco sale entrada la noche, con dos horas de retraso.

Dejo la bici en la bodega y me llevo lo justo que necesito para pasar la noche, si necesito algo más mañana ya volveré a por ello. Me dispongo a buscar un lugar para dormir. La discoteca, en la tercera planta me parece bien. Estoy rodeado de moros, solos o en grupo. Unos están acostados en el suelo entre butacas, y algunos en sofás. Estamos alrededor de la pista de baile, que aunque no funciona, está todo el despliegue de luces giratorias de colores que no sé porqué nadie apaga. Me decido por un espacio libre entre pertenencias de otros, despliego la esterilla y me voy a dar un paseo. Cuando vuelvo me veo obligado a desplazarme un poco porque ese sitio ya lo ocupaba un chico que venía desde Citavechia y ya él ha retirado todo lo mío y lo ha dejado en un montón a un lado. Da igual, un cuerpo no ocupa mucho, no queda mucho lugar pero encuentro un hueco entre una columna y un sofá.

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