Beauvais – Ribera del Oise (Saint-Maximin) //
Sueño
Raval con Esther y Laura. Vamos a una calle y nos metemos en un bar de un amigo de ellas. Yo no bebo y me aburro. Salgo a la calle (tipo Riera Baixa). Me quedo un rato afuera y luego me voy a buscar ambiente. Voy a la pelu de David y me enrollo con él. Están Marta y más amigos disfrazados como de época, s. XVIII. Van a salir. David tiene mucho pelo en la espalda, con lucecitas y lacitos. Vuelvo al bar del principio, tipo Nazario. Siguen ahí, les cuento. En casa. Es la casa de otro. Vivimos varios tíos. Entro en varias habitaciones, estoy como probando. Una de las habitaciones es de Toni B. Él u otro, tenía encendida una estufa y se estaba quemando un mueble. No es mi casa, estoy comprobando si lo puede ser. Hay cosas del pasado: fotos de Toni y su ambiente actual. Empieza a llover torrencialmente. Fuerte granizo en todas direcciones arrastrado por un fuerte viento golpea las ventanas de la casa y las empuja. El agua en forma de piedra penetra de forma violenta en la casa porque las ventanas ceden como si fuesen de goma. Se doblan. Especialmente en la habitación de Toni, en donde más estaba yo, entreteniéndome más, mirándolo todo como buscando sentirme en casa. No se puede vivir aquí. También aparece Julen por Ribes con una gabardina tipo inspector Gadget. Se mete en un coche saliendo de su casa, que esta muy cerca de Cal Pinxo, que es donde vivo. Me encanta encontrarlo tan cerca de mi casa pero no lo saludo. y Ya es pasado y ha de morir.
Recojo todo enseguida en el aparcamiento y salgo a visitar Beauvais. He hinchado la rueda y parece que aún aguanta. La catedral por dentro me hace conectar con lo divino. Desayuno al lado de la catedral y el museo de la tapicería, haciendo tiempo para entrar. Hay una capa de niebla y caen cuatro gotas.
El museo ha sido una grata sorpresa. Ya me interesaba el espacio, aparte de que quería cagar y lavarme los dientes, pero además me encontré con una exposición de cerámica de la zona. Me han dado muchas ganas de hacer cerámica, de trabajar los materiales. Quiero trabajar formas blandas con las manos, moldear.
Cuando salgo de la sala, la rueda de la bici está de vuelta deshinchada. Cambio la cámara junto la catedral y vuelvo a entrar.
Ya saliendo de Beauvais, paso junto al parque Kennedy. Decido hacer unas fotos de un super parque urbano que, según la gente de ayer, no existía. Me quedo a comer y me hecho una siestita. Al despertarme la rueda está deshinchada así que vuelvo a cambiarla.
Hago el valle del Thérain hacia el sureste, un recorrido bastante plano, unos 40 km por una carretera local. Cinco horas entre campos, como siempre, pero con vegetación ribereña, lo cual se agradece. Hasta el primer pueblo dentro del parque natural, Saint-Leu-d’Esserent, cerca de Chantilly, tras una última subida. Decido quedarme por la zona a dormir, así que enfilo el río Oise y, aunque veo que la zona está muy poblada, encuentro pronto un camino hacia el norte, justo bordeando el río, plagado de plantas aromáticas. De hecho es la primera vez que veo hipérico en la naturaleza. Recojo un poco y planto la tienda entrando en el bosque. Me duermo enseguida.
