Grasmere (Lake district) //
Llevo todo el día metido en la tienda. Anoche empezó llover y no ha parado. Sólo he salido a cagar, a lavarme los dientes y a estirar las piernas. Lo llevo bastante bien. Practico el estar sentado muchas horas tomando conciencia de mi cuerpo y haciendo estiramientos. Leo, escribo, retoco fotos. Casi no como porque anoche se me acabó el gas y el pan. Tengo sólo frutos secos, una manzana, un poco de arroz que me sobró de una comida, algunas barritas de sésamo, miel, tahini… así que me puedo mantener. Agua tengo unos 300 ml, sólo ¡pero tengo un lago enfrente! Al anochecer me baño. Pierdo el miedo y me sumerjo en el agua, es como un bautismo. El ambiente es brumoso. Hay viento y el agua impregna el aire que se desplaza como una cortina. Hace fresco. La sensación de meterse en el agua ante la inmensidad de las montañas, en un agua fría, con muy poca luz es abismal. Llevo unas horas leyendo un libro sobre la vida y la muerte según el budismo tibetano y siento que lo que estoy haciendo es misterioso, iniciático.
