2015.09.27

El Badorc ~ Carme

∞ Sueño ∞
Discoteca. Hombre con polla. Sexo, seducción, energí­a sexual, baile, lycra. 
El novio de Juan Redón, un tí­o grande, moreno y guapo, me conquista en una discoteca. Tiene la polla muy grande. Tengo una relación sexual explosiva, perfecta con el hombre lycra. Follamos en la naturaleza, en el huerto, dentro de mi casa en Mas Mestre... en espacios naturales pero controlados.

Este hombre me ofrece un trabajo maravilloso en el cual yo podría desarrollar mis cualidades creativas. Sería actor, maquilador y peluquero entre otras actividades que me llenan. Estaría en una gran ciudad de Estados Unidos, llena de oportunidades y todo el mundo me querría.

Aparece Juan Redón con un grupo de hombres gordos, encorbatados. Juan R es un hombre poderoso que tiene dinero y que puede dar oportunidades. Representa el poder y la estabilidad. En este momento lo del trabajo para mí no es tan fácil y tan maravilloso, es "más realista". Puede haber algo para mí­, pero la decisión es de Juan R y él no está muy contento porque sabe que me he estado enrollando con su novio. Su poder es tan grande que nos ha visto en la intimidad. En cada ocasión que me he enrollado con su novio había cámaras o alguien vigilando. No puedo negarlo y la situación es muy comprometida.

Tienda de moda regentada por dos mujeres pequeñitas, de unos 55 años. En la tienda hay mucho terciopelo, cortinas, cocodrilos disecados. El ambiente es rancio, verde y marrón. Escaparates. Luz blanca. Una barra con luces a lo largo. Es como el lugar donde desarrollar mis capacidades creativas pero no tengo suficiente fuerza para hacerlo. Llevo varios perfumes, en un taxi primero y luego en la tienda. Después doy a probar a mis amigos pero no sabemos bien como huelen porque nos los ponemos de forma tosca sobre la piel. Mi aportación es una idea ajena, perfumar las tiendas, algo que hace Zara en sus tiendas. Pulverizo perfume en el ambiente antiguo y de la tienda. No lo hago con mucho convencimiento. Con ganas sí pero con algo de miedo. Las mujeres me dicen que lo deje.

Piera, 10:47 h

Son las elecciones catalanas por la autodeterminación. Estoy en un bar con un ambiente polí­tico porque el colegio electoral está al lado. Afuera los de la CUP, adentro los de CIU. Todo el que pasa por aquí habla de política, un poco raro…

Esta mañana me he levantado con el sol. Me he lavado y he lavado en el Anoia la ropa de pedalear de ayer. Estaba más crecidito porque anoche llovía por toda la zona y me cayó algo a mí­. No mucho, he tenido mucha suerte porque había montado la tienda de forma rápida y si hubiese llovido mucho me hubiera calado bien. Aun así he podido cruzar el Anoia y llegar a El Badorc, el pueblecito que pertenece a Piera, situado frente al rí­o a pocos metros de la finca donde he dormido. De ahí he llegado a Piera enseguida por carretera. Me encanta Piera y, aunque no he podido ir al bar del año pasado porque estaba cerrado, me ha hecho mucha gracia ver pasar desde el bar que estoy ahora, al chico aquel que quería viajar en monociclo hasta los Balcanes.

De Piera a Capellades paso por Vallbona d’Anoia, un pueblo muy chulo en donde como pan con tomate y un mató delicioso que he comprado a la salida de Piera dirección Martorell. Me tumbo frente a una fuente con papiros y nenúfares. Capellades es una ciudad con más presencia española, más industrial. En el Moiá­, me refugio de la lluvia junto a unas adolescentes que ponen música y hablan de follar. Yo me emociono y me pongo a estirarme y a hacer escalada. Para de llover y voy por un camino bordeando el Anoia, el tren y la carretera a la Torre de Claramunt. Allí paso por una planta de reciclaje de papel en la que me gustarí­a trabajar. De ahí­ a La Pobla de Claramunt.

Decido cambiar un poco de planes y subir hasta Igualada. Meriendo unas galletitas y un café deliciosos en una terraza bajo una leve lluvia. La camarera, muy amable me apaña el precio de las galletas. Yendo a Igualada veo a un tío tumbado en una bici, con una placa solar enorme sobre el equipaje. Nos sonreí­mos. Me ha encantado verlo y me encantarí­a volvérmelo a encontrar.

Saliendo de Igualada para buscar campamento, me interno en la montaña hacia el sur, hasta dar, tras subir bici-en-mano un camino super empinado, con una enorme casa en ruinas junto a una ermita cerca del pueblo de Carme. Un lugar muy tranquilo y muy inspirador para pasar la noche. Un poco antes he pasado por un depósito de agua de hormigón con interesantes grafitis.

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