Marais d’Orx //
Por la mañana, vamos a Bayona en bici. Pasamos por una mediateca a medio camino y me quedo impresionado por la cantidad de material que hay y por lo espectacular del espacio. Según vamos acercándonos a la ciudad me voy sintiendo peor. Intuía que esto iba a pasar desde anoche que me empecé a sentir fuera de lugar. Tenía que haberle dicho a Iza que me venía yo solo; ahora estamos en Bayona los dos y yo estoy fatal, enajenado.
Antes de irnos, nos refugiamos de la lluvia en un bar de la estación de tren y, mientras Iza me dibuja, yo trato de recuperar mi centro escribiendo. Escribir algo coherente me cuesta horrores pero necesito mantener la mente ocupada en algo proyectivo para salir del bucle neurótico en que me encuentro.
Necesito tranquilidad para mi alma. Quiero hacer cosas. Pero no sé el qué porque hacer cosas me ralla, me lo tengo que pensar mucho. ¿Qué hago con mi trabajo? Una formación scout, Recuperación. EL GRUPO.
Después de unas horas y como llueve mucho, vendrá a buscarnos Arnaud con el camión. Ya estoy recuperándome y cuando llegamos a casa se puede decir que ya me siento bien. Por la noche vamos a un festival de jazz en Cap Breton en donde Arnaud hará una pequeña actuación en el off con uno de sus grupos. Asistimos a un concierto resultará un bálsamo. Unos músicos geniales y, aunque todavía no estoy al cien por cien, lo disfruto bastante.