Me instalo en mi nueva casa en Ribes.
∞ Sueño ∞
Tengo que dar una clase de francés. Los momentos previos a la clase son una pesadilla porque no estoy preparado para dar la clase y ni siquiera conozco bien el idioma. Uno de mis alumnos, Antón, me presenta a un sobrino suyo, un italiano que acaba de llegar a España y quiere aprender francés conmigo. Yo no entiendo nada. ¿Qué estoy haciendo? ¿Por qué me he metido en esto? El ambiente aquí es muy bullicioso: estamos en una discoteca muy grande. Luego, en un centro de estudios parecido a la Blancafort, la academia donde trabajaba, un espacio blanco, grande, de líneas rectas. Alumnos y profesores van de allá para acá entre clase y clase. Entonces, yendo con el jefe de estudios entre el flujo de gente, me encuentro en uno de los pasillos con mi sombra: el director de la academia, que me mira con reprobación, en plan: "¿Tú, que haces aquí?". Antón me dice que no importa si no estoy a la altura de las clases. Él siempre ve posibilidades en todo y me sugiere que de clases de francés para informática ya que de ordenadores sí que controlo. Aún así, lo veo imposible. El momento de tener que dar la clase llega y no se me ocurre nada. El miedo me inunda.